Conflicto gremial
Los trabajadores municipales de Avellaneda son pobres
por Carlos Gaspari

El sindicato de trabajadores municipales de Avellaneda se declaró en estado de alerta, luego que el intendente Alvarez no cumpliera con el acta acuerdo firmada a fines de 2005, donde se comprometía a aumentar los sueldos a partir de enero de 2006. “Alvarez de Olivera dice una cosa y hace otra totalmente distinta” advierte el secretario general del sindicato el diputado provincial Rubén “Cholo” García.
En abril 2005 los trabajadores municipales instalaron una carpa en Plaza Alsina (Av. Mitre 700) en reclamo de una recomposición salarial. La medida de fuerza llega a partir de la negativa del intendente de establecer un espacio de negociación. En pleno conflicto, el principal referente del Frente para la Victoria de Avellaneda Dr. Oscar Laborde, en diálogo con Mañana al limite (FM 90.9) dijo que “evidentemente el intendente se maneja con una lógica de amigo-enemigo”. Es que no se puede evitar relacionar este conflicto con cuestiones meramente políticas.
En las últimas elecciones de octubre, el secretario general de los trabajadores municipales de Avellaneda, y quien los nuclea también a nivel nacional, Rubén García, fue electo diputado provincial por el Frente Para la Victoria. Recordemos que, aunque hoy por hoy haya un intento exacerbado, casi desesperado del intendente por mostrarse cerca del presidente Kirchner, en las ultimas elecciones apoyo a los candidatos del partido justicialista, encabezados por Hilda “chiche” Duhalde, en oposición a los candidatos de la lista encabezada por la senadora y primera dama Cristina Fernandez.
En medio de esta disputa política, los trabajadores del municipio recibían (y siguen recibiendo) sueldos que están por debajo de la línea de la pobreza, en aquel entonces, básicos inferiores a los 600 pesos. El Reclamo por parte del sindicato ascendía a un básico de 791. Pero ante todos los reclamos el intendente hacía “oídos sordos”. Entonces la “carpa de los municipales” se instala en la plaza Alsina.
La relación entre el sindicato de municipales y el intendente Alvarez se tornaba cada vez más áspera. Hasta el punto tal que las fiestas patronales fueron “suspendidas” por el intendente, teniendo en cuenta que el palco para esta fiesta de los avellanedenses se colocaba en la plaza donde los trabajadores tenían su carpa. Monseñor Frassia (obispo de la diócesis Avellaneda-Lanús) celebro una misa en el lugar. Desde el municipio, las explicaciones fueron que no estaban dadas las condiciones de seguridad (que si tuvo el obispo) para la celebración, por “culpa” de los manifestantes.
El conflicto encontró su punto de máxima intolerancia el 2 de noviembre. Esa mañana los trabajadores municipales se proponían llevar adelante una asamblea en el hall del palacio municipal, donde fueron recibidos a balazos por funcionarios del ejecutivo de la ciudad. El saldo fue dos trabajadores heridos. “el 2 de noviembre vamos a recordar con un gran acto la agresión que sufrimos por parte de Alvarez” asegura Rubén García en declaraciones a FM limite.
La información esa mañana fue confusa. Los medios de comunicación de alcance nacional se hacían eco de lo que estaba sucediendo. Mientras llegaban los móviles a nuestra ciudad, el intendente “Cacho” Alvarez denunciaba que los trabajadores intentaban tomar el palacio municipal. Versión que quedo desmentida horas mas tarde con la difusión de un video que los trabajadores tomaron de la situación.
A partir a ese momento, el intendente pide en provincia abrir una instancia de diálogo. La misma que les venia negando a los municipales desde inicios de su actual gestión. Se acuerda un aumento a 630 pesos de básicos, y el compromiso por parte de Alvarez de un nuevo aumento a partir de enero de 2006, que llevara el sueldo municipal por encima de la línea de la pobreza.
Al día de la fecha, el intendente no cumple, y los trabajadores agotan su paciencia. “no descarto nuevas medidas de fuerza, pero eso lo vamos a decidir en plenario con todos los trabajadores” dijo el concejal Hernán Doval (FPLV) secretario adjunto del sindicato. “el intendente es un hombre que miente continuamente, que fabula, que arma estrategias para solamente subsistir el, asi esta la ciudad, y asi estan los trabajadores municipales” dice Rubén García, a lo que agrega “no solo le miente a los trabajadores sino a todos los vecinos de Avellaneda”, haciendo referencia a la información que desde el municipio reciben los vecinos.
A García no le preocupa si el intendente se va o no a ver el mundial, siquiera los 90 días que pidió de licencia (con goce de sueldo). Lo que le preocupa es la “desatención a los trabajadores municipales y a la gente de Avellaneda”. Según palabras de Oscar Laborde (vicepresidente de Cascos Blancos) “mientras el país crece, Avellaneda va en contramano” teniendo en cuenta que la tendencia a nivel nacional va hacia la recomposición de los salarios, en todos los sectores. Los trabajadores del municipio de Avellaneda, son pobres. Y esta es la realidad que muestran las encuestas del INDEC. Los trabajadores municipales no alcanzan a conformar un sueldo para vivir dignamente, mientras que el intendente municipal “cobra 20.000 pesos por mes”.
La Municipalidad de Avellaneda paga los sueldos más bajos. Pero tiene el intendente más caro. El sueldo del intendente esta dentro de los parámetros legales, pero estará dentro de los morales? Tal vez a eso se refiera Laborde cuando dice que Avellaneda, va en contramano, y cuando ve en Alvarez “un Bastión de la vieja política” que esta en sus instancias finales.
Al mejor estilo nazi
El secretario general de los trabajadores municipales de avellaneda, Rubén “Cholo” garcía” denunció que hay trabajadores que son perseguidos por el intendente Alvarez. “hay muchos trabajadores municipales que están atemorizados porque cuando el ejecutivo ve que nosotros realizamos una asamblea, tiene estos grupos de tarea que marcan a los compañeros al mejor estilo dictadura militar. Después le sacan las horas extras y los trasladan, el trabajador municipal de Avellaneda, libremente no se puede expresar”.
Durante el conflicto de 2005, cuando se llevo a cabo la “retención de tareas” en modo de protesta, hubo trabajadores que llegaron a cobrar sueldos de “30 y 50 pesos”, a modo de represalia, por la protesta impulsada por el sindicato. “Mientras cobraban esos sueldos, el sindicato se hizo cargo de pagarle al trabajador lo que debería pagarle el municipio” cuenta García. “Nosotros no queríamos que los trabajadores, por reclamar lo que es justo, lo que les pertenece, no pudieran llevar a su casa el plato de comida por el cual trabajan todos los días”.
En este contexto, los trabajadores municipales denuncian la persecución para poder protestar libremente por aquello que les corresponde: un sueldo digno, que este por encima de la línea de la pobreza, que ya no deberá ser de 791 pesos (lo inicial del reclamo) teniendo en cuenta que se debe superar (según datos del INDEC) los 850 para no ser pobre.
“Cuando en una asamblea planteamos que no se puede salir con la ropa que tenemos, al otro día este grupo de tarea informa y les sacan las horas extras –a los trabajadores-, o los trasladan. Nosotros denunciamos esto para que se termine este grupo de tareas” dice García, quien lleva adelante la lucha del sindicato, en lo que considera, es un atropello por parte del intendente.
Este accionar del intendente esta muy lejos de aquello que el dice apoyar, el proyecto nacional del presidente Kirchner. García califica a Alvarez de “insensible” que solo coloca carteles sobre los derechos humanos ahora que quiere acercarse al presidente, pero que nunca antes lo había hecho, porque no esta comprometido con el tema. Todo indica que, en palabras de García, en el municipio hay una gran operatoria al “mejor estilo nazi”, y la persecución, la baja de sueldos, el aumento de tasas, el estado ausente, no es el proyecto de país que impulsa el presidente. Mas bien este conflicto, parece planteado en la realidad sociopolítica de otra década, no tan lejana.
El secretario general de los trabajadores municipales de avellaneda, Rubén “Cholo” garcía” denunció que hay trabajadores que son perseguidos por el intendente Alvarez. “hay muchos trabajadores municipales que están atemorizados porque cuando el ejecutivo ve que nosotros realizamos una asamblea, tiene estos grupos de tarea que marcan a los compañeros al mejor estilo dictadura militar. Después le sacan las horas extras y los trasladan, el trabajador municipal de Avellaneda, libremente no se puede expresar”.
Durante el conflicto de 2005, cuando se llevo a cabo la “retención de tareas” en modo de protesta, hubo trabajadores que llegaron a cobrar sueldos de “30 y 50 pesos”, a modo de represalia, por la protesta impulsada por el sindicato. “Mientras cobraban esos sueldos, el sindicato se hizo cargo de pagarle al trabajador lo que debería pagarle el municipio” cuenta García. “Nosotros no queríamos que los trabajadores, por reclamar lo que es justo, lo que les pertenece, no pudieran llevar a su casa el plato de comida por el cual trabajan todos los días”.
En este contexto, los trabajadores municipales denuncian la persecución para poder protestar libremente por aquello que les corresponde: un sueldo digno, que este por encima de la línea de la pobreza, que ya no deberá ser de 791 pesos (lo inicial del reclamo) teniendo en cuenta que se debe superar (según datos del INDEC) los 850 para no ser pobre.
“Cuando en una asamblea planteamos que no se puede salir con la ropa que tenemos, al otro día este grupo de tarea informa y les sacan las horas extras –a los trabajadores-, o los trasladan. Nosotros denunciamos esto para que se termine este grupo de tareas” dice García, quien lleva adelante la lucha del sindicato, en lo que considera, es un atropello por parte del intendente.
Este accionar del intendente esta muy lejos de aquello que el dice apoyar, el proyecto nacional del presidente Kirchner. García califica a Alvarez de “insensible” que solo coloca carteles sobre los derechos humanos ahora que quiere acercarse al presidente, pero que nunca antes lo había hecho, porque no esta comprometido con el tema. Todo indica que, en palabras de García, en el municipio hay una gran operatoria al “mejor estilo nazi”, y la persecución, la baja de sueldos, el aumento de tasas, el estado ausente, no es el proyecto de país que impulsa el presidente. Mas bien este conflicto, parece planteado en la realidad sociopolítica de otra década, no tan lejana.